Al monstruo del armario no le gusta la Navidad. ¡La odia!
05 de Desembre de 2023
¡El monstruo del armario vuelve por Navidad!
El monstruo del armario odia la Navidad
Al monstruo del armario no le gusta la Navidad. ¡La odia! Hace semanas
que mamá va diciendo que tenemos que portarnos bien porque Papá Noel
lo ve todo. ¡Qué pesado! Además, la lista de regalos que pide nuestro amigo es tan larga que le llevará un buen rato abrirlos todos. ¡Qué pereza! Y en la televisión no hacen más que poner películas navideñas con mucha nieve... Pero ¿qué le pasa a todo el mundo con la Navidad?
El monstruo del armario existe... ¡y te lo voy a demostrar!
¿Sabes por qué mi habitación está siempre desordenada? ¿O por qué tengo tantos calcetines desparejados? ¿Y quién crees que es el culpable de que me despierte tan despeinado? ¡Sí, el monstruo del armario existe! Mamá y papá creen que todo son excusas que me invento, pero demostraré que es el monstruo quien está detrás de todas estas travesuras.
Si el monstruo no existiera, el protagonista de esta historia se comportaría de manera civilizada y haría caso a sus padres. Pero tiene que educar al monstruo del armario, que siempre está haciendo travesuras. Y enseñar a un monstruo a lavarse los dientes, a no tocar los enchufes y a no decir palabrotas... ¡es mucho trabajo! Por eso, no tiene tiempo de escuchar a su padre y a su madre...
El monstruo del armario me ocupa tanto espacio en el armario que ya no puedo guardar bien mis cosas. ¡Tengo la habitación hecha un desastre! Creo que ha llegado el momento de buscarle otro sitio para vivir. ¿Pero dónde? ¿En el bolso de mamá? ¿En el cajón de los calcetines de papá? ¿En mi mochila? ¿O tal vez en el desván? ¡Qué trajín! ¿Me ayudas a encontrarle el sitio ideal?
¡El monstruo del armario se nos ha enamorado! Ya hace días que anda con
la cabeza en las nubes porque dice que tiene mariposas en el estómago, y si le miras bien a los ojos ves unos corazones de color rosa, blanditos y azucarados como gominolas. El corazón le late a mil por hora, no se concentra nada en clase y se ha vuelto muy presumido. No parece él. ¡El amor nos lo ha trastocado!