En camello o en el ciberespacio: una biblioteca cabe donde cabe un libro

Cuando pensamos en el concepto “biblioteca” nos viene a la mente un edificio con salas silenciosas y llenas de libros desde el suelo hasta el techo. Sin embargo, no todas las bibliotecas del mundo son así, ni mucho menos. Si viajamos un poco descubriremos que las bibliotecas, como los libros, nos ofrecen un sinfín de posibilidades para vivir aventuras extraordinarias:

Biblioteca en camello
En regiones aisladas, disfrutar de la lectura no es tan sencillo. Como muestra, un botón: en Mongolia, el infantil Jambyn Dashdondog ha puesto en marcha la iniciativa The Mongolian Children’s Mobile Library, que ha recorrido ya más de 80.000 km durante los últimos 20 años. Se trata, ni más ni menos de viajar a lomos de un camello llevando cuentos a los niños, de manera que las lecturas puedan llegar a zonas sin recursos.

El tren biblioteca
En un vagón de los trenes que conectan Ámsterdam con el resto del país se encuentra al menos un libro en cada mesa. El propio personal recomienda y elige los títulos, aunque el intercambio entre viajeros está permitido.

Biblioteca digital
Las nuevas tecnologías también pueden ser un buen aliado a la hora de difundir el amor por la lectura. Así, en la estación Victoria del metro de Bucarest, los pasajeros tienen a su disposición un amplio catálogo digital de libros que se pueden descargar gratuitamente. Sólo hay que escanear los códigos QR que aparecen en los lomos de los libros que están pintados en las paredes.

Sin embargo, sean como sean y adopten la forma que adopten, las bibliotecas de todo el mundo siguen teniendo algo en común: la difusión del amor por la lectura. Si estás de acuerdo, sólo tienes que acercarte a la biblioteca más cercana y pedir prestado alguno de sus títulos para seguir manteniendo vivo el espíritu de la literatura.